La narración es una parte vital de la interacción humana, ya sea en forma de pinturas rupestres o películas exitosas, las historias entregan mensajes poderosos con una precisión sorprendente.
Según la Escuela de Negocios y Finanzas de Londres, los oyentes pueden retener hasta el 70% de la información que reciben a través de una historia, por lo tanto, los vendedores pueden utilizar las habilidades y los atributos específicos de la narración para transmitir mejor un mensaje de valor a los clientes y mantenerlos comprometidos a lo largo de una venta.
Vendedores inexpertos tienden a quedar atrapados en la creencia de que cuanto más estadísticas y datos ofrezcan más eficaz será una presentación, y es que sabemos que las estadísticas son convincentes ya que ayudan a construir credibilidad con la audiencia, pero las estadísticas deben utilizarse estratégicamente para maximizar su eficacia.
Según una investigación de la Universidad de Harvard, el público recuerda historias hasta 22 veces más, que cuando se les presenta una serie de hechos y datos estadísticos. La integración y el equilibrio de los dos partes, es cómo realmente se puede hacer una impresión valiosa en el cliente que lo impulse a comprarle.
Las historias más efectivas tienen éxito porque están construidas alrededor de temas universales y permiten al público sentir afinidad con ciertas emociones que conectan con experiencias de vida personales.
La mayoría de nosotros nunca hemos asaltado la playa en Normandía, como se muestra en "Salvando al soldado Ryan". Pero mientras miramos la película, los miedos de los actores nos obligan a revisar nuestros propios terrores para sentir empatía con ellos. Cuando encuentre maneras de alcanzar emociones específicas en la audiencia, sus ventas se verán increíblemente potenciadas.
La estructura narrativa en tres actos es un clásico que siempre funciona.
Desde las primeras producciones teatrales hasta las películas y programas de televisión modernos, los narradores crean historias en tres actos porque las audiencias están acostumbradas a la estructura y porque cada acto tiene un propósito muy claro.
El primer acto consiste siempre en establecer el mundo y en atraer al oyente con detalles cautivadores. El segundo acto es donde se establecen las apuestas. Finalmente, en el tercer acto, usted entrega una poderosa llamada a la acción que concluye el viaje y estimula al público a dar el siguiente paso.
Las relaciones con el cliente nunca son sencillas, es por eso que en Dale Carnegie nos preocupamos por ti y por el crecimiento en confianza y liderazgo en tu equipo, llámanos si necesitas una narrativa poderosa para tu fuerza laboral.