La diferencia entre una presentación común y una de alto impacto es la conexión entre el presentador y su auditorio. ¿Estás listo para lograrlo?
Sabemos que no es una tarea fácil. Además de lo complicado o tedioso que puede ser armar diapositivas en PowerPoint o incrustar un video, debemos considerar que 75% de la población sufre de glosofobia, es decir, miedo a hablar en público sumado a el sentimiento de ansiedad y nerviosismo, de acuerdo con el del Observatorio de Innovación en el Empleo (OIE).
¿Qué es una presentación? De inicio, debes saber que una presentación cubre los puntos básicos de esa transferencia de conocimientos a través de diversos mensajes, pero una de alto impacto se diferencia y vuelve memorable cuando toca la emocionalidad y el auditorio no sólo recibe el conocimiento que iba a recibir, sino que queda impactado por el mensaje.
“Esto se logra a través de apoyo visual, de aperturas creativas, la energía que transmite y la inspiración o la parte emotiva que logra despertar en el auditorio”, señala en entrevista Cecilia Domínguez, trainer certificada del programa High Impact Presentations de la firma de capacitación Dale Carnegie Training.
Por esta razón, te presentamos las recomendaciones de esta especialista para hacer una presentación de alto impacto:
1.- Gánate el derecho de hablar
El presentador debe ser una persona que sabe de lo que va a hablar, tiene anécdotas y conocimiento profesional, así como información diferente y valiosa que aportar a la audiencia; además está motivada y entusiasmada por la oportunidad de hablar de ese tema que le gusta y la sola idea de compartirlo lo hace un líder generoso.
Si tú eres el presentador y le encargaste la presentación a uno de tus subordinados no quiere decir que no debes involucrarte en su preparación, pues lo peor que puedes hacer es apoyarte en un contenido en el que no hayas participado porque no lo conocerás y por más lindo que esté, no podrás transmitirlo correctamente.
2.- Prepara tu presentación
Relacionado con el punto anterior, lo recomendable es trazar un plan previo –como un diagrama de flujo o mapa conceptual– en una simple hoja de papel, indicando esquemáticamente los contenidos y las formas de unirlos. Esto te ayudará también a sintetizar el material y presentar algo concreto.
No hacerlo te puede llevar hacia uno de los errores más comunes: perder el propósito u objetivo de tu presentación. Es decir, hacia dónde quieres llegar, qué vas a obtener y a ofrecer al final.
“Es más fácil que tus palabras, apoyos visuales, ejemplos y evidencias estén fundamentados hacia un objetivo”.
3.- Trabaja en tu expresión oral
El mensaje más importante es la propia persona que lo da. Incluso más que el contenido es lo que decimos y cómo lo decimos, si conoces todas tus herramientas corporales para transmitir mensajes llevas el 70% de la presentación ganada.
Seleccionar y enfatizar ideas claves con pausas, ensayar la modulación de voz, y practicar la apelación al público son algunas acciones que se pueden trabajar para mejorar la expresión oral. Esos serán los mensajes clave que quedarán en la mente de la audiencia.
4.- Establece contacto visual
Mantener contacto visual en todo momento con los oyentes demuestra seguridad además de atraer la atención.
Ver a los ojos de los participantes es la mejor manera de conectarse intelectualmente con ellos y hacer que todos se sientan incluidos, por eso es muy importante el paneo y mantener por segundos la mirada para hacer un ambiente mucho más cálido.
Recuerda:
“La diferencia entre una presentación común y una de alto impacto es la conexión entre el presentador y su auditorio. Y el contacto visual es clave, ya que los ojos son la ventana al alma y las motivaciones del espectador”.
5.- Utiliza material gráfico
Pero no dependas de él. Utilizar correctamente estos recursos reafirma la presentación y cientos de slides solo logran aburrir a tu auditorio. El apoyo visual es muy fuerte y cualquier material gráfico es poderoso, el 70% aprende más a través de los ojos.
Así que muestra material didáctico o físico, recurre a la música, el movimiento, los juguetes, las analogías, etcétera, para captar la atención.
Pero ten presente que son apoyos y son muy útiles, pero no son indispensables, no los consideres más importantes que la presentación. Si los tienes, utilízalos; sino, vuélvete un buen presentador que no los necesite.
6.- Abre y cierra con energía
“Toda presentación es como una hamburguesa en donde lo primero que pones en la parrilla es la carne, que es el tema principal de lo que vas a hablar; y el pan de arriba y de abajo son la apertura y el cierre”
destaca Cecilia Domínguez.
Cuando tienes muy claro el mensaje, ahora sí puedes diseñar cómo empezar y cómo terminar, porque es lo que más se va a acordar tu auditorio. En la medida que sean poderosos y convincentes tu espectador estará atento. Para esto sal de los esquemas tradicionales y cuenta una historia, di una frase poderosa o realiza un ejercicio.
Un tip, deben ser circulares, es decir, que la apertura tenga que ver con el cierre. Uno más: concluye con una frase contundente que deje al público con intriga o con necesidad de hacer preguntas.
7.- Sé tú mismo
Más importante regla: No imites a nadie. Muchas veces tratamos de copiar el estilo de alguien que vimos que lo hace muy bien, pero que a otro le funcione ser simpático y contar chistes, no quiere decir que a ti te resultará igual de bien, incluso corres el riesgo de quedar mal ante la audiencia. ¿Por qué? Porque no estás respetando tu personalidad.